29/10/08

EL LOBO ESTEPARIO

Lamento anticipar que esta entrada no conlleva ningún aporte al campo de la investigación histórico artística, y me alegra anunciar que el objetivo primero es el de abrir un debate.
A continuación, os encontraréis con un fragmento extraído de "El lobo estepario", de Herman Hesse. Espero que os lleve a hacer algún comentario al respecto.

"...muchas veces he intentado hablar con usted de música: me hubiera itneresado oír su opinión, sus contradicciones, su juicio; pero usted ha desdeñado darme ni siquiera la más pequeña respuesta.
Me miró riendo cordialmente, y en esta ocasión no me dejó a deber la contestación, sino que dijo con toda tranquilidad:
-¿Ve usted? A mi juicio no sirve de nada hablar de música. Yo no hablo nunca de música. ¿Qué hubiese podido responderle yo a sus palabras tan inteligentes y apropiadas? Usted tenía tanta razón en todo lo que decía... Pero vea usted, yo soy músico y no erudito, y no creo que en música el tener razón tenga el menor valor. En música no se trata de que uno tenga razón, de que se tenga gusto y educación y todas esas cosas.

-Bien; pero, entonces, ¿de qué se trata?

-Se trata de hacer música, señor Haller, de hacer música tan bien, tanta y tan intensiva, como sea posible. Esto es, monsieur. Si yo tengo en la cabeza todas las obras de Bach y de Haydn y sé decir sobre ellas las cosas más juiciosas, con ello no se hace un servicio a nadie. pero si yo cojo mi tubo y toco un shimmy de moda, lo mismo da que sea bueno o malo, ha de alegrar sin duda a la gente, se les entra en las piernas y en la sangre. De esto se trata nada más. Observe usted en un salón de baile las caras en el momento en que se desata la música después de un largo descanso; ¡cómo brillan entonces los ojos, se ponen a temblar las piernas, empiezan a reír los rostros! Para esto se toca la música.

-(...)Sin embargo, no es posible colocar en un mismo plano a Mozart y al último fox-trot. y no es lo mismo que toque usted a la gente música divina y eterna, o barata música del día.
Cuando Pablo percibió la excitación en mi voz puso enseguida su rostro más delicioso, me pasó la mano por el brazo, acariciándome, y dio a su voz una dulzura increíble.

-Ah, caro señor; con los planos puede que tenga usted razón por completo. Yo no tengo ciertamente nada en contra de que usted coloque a Mozart y a Haydn y al "Valencia" en el plano que suted guste. A mí me es enteramente lo mismo; yo no soy quien ha de decidir en esto de los planos, a mí no han de preguntarme sobre el particular. A Mozart quizá lo toquen todavía dentro de cien años, y el "Valencia" acaso dentro de dos años ya no se toque; (...) pero nosotros los músicos tenemos que acer lo nuestro, lo que constituye nuestro deber y nuestra obligación; hemos de tocar precisamente lo que la gente pide encada momento, y lo hemos de tocar tan bien, tan bella y persuasivamente como sea posible.

Suspirando, hube de desistir. Con este hombre no se podían atar cabos.

¿Creéis que este fragmento, esta discusión quizá manida, es aplicable a todos los campos artísticos?.

28/10/08

Pedro Orrente, el "Bassano español"

A pesar de ser murciano de nacimiento y de haber mantenido una vinculación con su patria a lo largo de toda su vida, debe ser considerado como toledano ya que será allí donde realice alguna de sus obras más significativas y su relación estilística con lo toledano es evidente. Pintor andariego, inquieto, casado sin hijos, tenebrista pues pinta contraluces intensos con fondos oscuros, alcanzará fama por sus trabajos en templos, conventos y palacios. Nació en torno a 1580 para iniciarse en el medio pictórico local años más tarde estando ya en 1600 en Toledo. Realizó por esas fechas un viaje a Italia que será decisivo para su formación. En Venecia frecuentó, tal y como relata Jusepe Martínez el taller de Leandro Bassano, una huella que estará presente en toda su obra posterior. En Toledo entablará una estrecha amistad con Jorge Manuel Theotocopuli, el hijo del Greco y desde allí realizará obras para lugares distantes como Yeste (Albacete) o La Murta (Valencia), lo que demuestra su prestigio. De Toledo se trasladará a Valencia en 1637 donde permanecerá hasta su muerte en 1645 siendo una de las personalidades más inquietas de este primer naturalismo español. En él está presente la influencia, a parte de los Bassano y de la pintura veneciana, del Greco, del pleno naturalismo caravaggesco e incluso de elementos escurialenses.

Es conocido como el “Bassano español” por sus numerosos lienzos de temas bíblicos interpretados como de género pastoril, con abundante presencia de animales y naturalezas muertas. De entre sus obras destaca el San Sebastián de la Catedral de Valencia, el Milagro de Santa Leocadia de la Catedral de Toledo; el Sacrificio de Isaac del Museo de Bilbao; el Martirio de Santiago el Menor del museo de Valencia; la Multiplicación de los panes y los peces del Ermitage de San Petersburgo; Familia de Jacob y Cabaña de la madrileña Academia de San Fernando o una media docena de cuadros y bocetos del Museo del Prado.

Pedro Orrente es una figura de primer orden entre los artistas de su generación. Sin faltar a la exactitud del dibujo sabía darle fuerza de claroscuro y brillantez. Su colorido es de casta valenciana especialmente en sus paisajes, donde suele haber efectos de luz dignos de Tiziano.Su presencia en Valencia será decisiva para la configuración del naturalismo valenciano.