Ayer tuve el inmenso placer de escuchar al tenor mejicano Rolando Villazón, que actuó en el castizo Teatro de la Zarzuela con motivo de los actos del Bicentenario. El espectáculo no defraudo: la opera por lo general esta repleta de personajes idealistas que sacrifican su vida por la libertad de su patria y que están encarnados generalmente por el tenor. Lo que se pretendía en el recital lírico era comparar a estos héroes de la opera o zarzuela con los madrileños de la Guerra de la Independencia, levantados ante el opresor francés.
Comprometido con este homenaje, Rolando Villazón, protegido de Plácido Domingo y uno de los cantantes de opera más aclamados actualmente, sorprendió a los asistentes tanto por la belleza de su voz como de la música a la vez que rompía la leyenda de divo distante y lejano que suele perseguir a los cantantes de este género.
La primera parte del concierto se centró en operas decimonónicas de gran calidad y colorido musical como “L’anima ho stanca” (de Adriana Lecouvreur) de Cilea, donde demostró sus dotes de tenor emocionando en cada uno de sus pasajes donde el italiano antiguo se mezclaba con la música de la orquesta, que premeditaba la tragedia. La opera tiene momentos especiales, te relaja y conmueve. Cerró su intervención con el aria “Cielo e Mar” (de La Gioconda) de Ponchielli, que le sirvió de inspiración para decidirse a ser cantante.
Tras la pausa, Villazón se gustó con el género chico que tanto disfrutaron nuestros abuelos y que tan bien supo transmitirnos nuestro profesor Luis Gracia Iberni: me estoy refiriendo a la Zarzuela. Sus intervenciones aquí fueron sublimes, destacando “Madrileña bonita” (de La del Manojo de Rosas) o “No puede Ser” (de La tabernera del Puerto) deleitando a los presentes que no dejaron de alabarle en todo momento por su bravura, elegancia y carisma.
Comprometido con este homenaje, Rolando Villazón, protegido de Plácido Domingo y uno de los cantantes de opera más aclamados actualmente, sorprendió a los asistentes tanto por la belleza de su voz como de la música a la vez que rompía la leyenda de divo distante y lejano que suele perseguir a los cantantes de este género.
La primera parte del concierto se centró en operas decimonónicas de gran calidad y colorido musical como “L’anima ho stanca” (de Adriana Lecouvreur) de Cilea, donde demostró sus dotes de tenor emocionando en cada uno de sus pasajes donde el italiano antiguo se mezclaba con la música de la orquesta, que premeditaba la tragedia. La opera tiene momentos especiales, te relaja y conmueve. Cerró su intervención con el aria “Cielo e Mar” (de La Gioconda) de Ponchielli, que le sirvió de inspiración para decidirse a ser cantante.
Tras la pausa, Villazón se gustó con el género chico que tanto disfrutaron nuestros abuelos y que tan bien supo transmitirnos nuestro profesor Luis Gracia Iberni: me estoy refiriendo a la Zarzuela. Sus intervenciones aquí fueron sublimes, destacando “Madrileña bonita” (de La del Manojo de Rosas) o “No puede Ser” (de La tabernera del Puerto) deleitando a los presentes que no dejaron de alabarle en todo momento por su bravura, elegancia y carisma.
La sensación de bienestar se apoderó a la vuelta… ¡Gracias Rolando!
6 comentarios:
Menuuuuuuuuudo peñazo y no estoy hablando de la ópera, que posiblemente podría ser interesante.
Ponle algo más de vida a tus escritos.
Buen recital seguro, Velarde...
Anónim@: nos encantan las críticas, pero con algo más de sustancia que un "vaya rollo".
Anónimo:
¡La miel no esta hecha para boca del asno!
Por supuesto mi crítica es la siguiente:
El texto produce una sensación de impersonalidad por parte del escritor.
Todo esta escrito en una gran parrafada sin que en ningún momento pueda atrapar al lector con algo más ameno, divertido o anecdótico.
Tengo que decir que no soy un experto en hacer críticas, pero sólo decir que es una mezcla entre el texto de un examen y el folleto que te dan a la entrada del recital.
Para gustos los colores, a cada uno le gusta una cosa...a mi Luis sí me lleva a imaginarme a Rolando Villazón cantando La Tabernera del puerto, que suena en mi cabeza mientras termino de leer su post.
De todas formas me uno a la contestación de Fer, algo más de primeras que un "vaya rollo" sería más adecuado, sobre todo cuando están intentando acercar distintos ámbitos culturales y sociales a los que les leemos, sin tener que estar ellos familiarizados; desde la humildad del neófito.
Me gusta que no todo sean flores para que sigan esforzándose en sus escritos, pero no a todo el mundo le tiene que gustar ni lo que escriben ni cómo lo escriben.
Besos
Begoña
Pues qué queréis que os diga, chicos... me he leido absolutamente todos los post que habéis publicado hasta ahora y me encanta aprender este arte a pequeñas píldoras.
Besitos.
The frescuest
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