27/5/08

Marte y la sonda Phoenix

Ayer, a la 1:53:53 de la mañana, hora europea, se posó en Marte la sonda de superficie Phoenix, cuya misión será perforar el suelo marciano en busca de hielo y de indicios de vida pasada legada a él. Sin embargo, no es la primera y sin duda no será la última. Repasemos un poco la historia del planeta rojo y de las sondas de exploración.

Marte es un planeta de aproximadamente la mitad del tamaño de la Tierra, con un marcado color rojizo proveniente de la gran cantidad de compuestos ferrosos que sobrevuelan su débil atmósfera, que propicia el interés científico en contra del "cercano" Venus, con una atmósfera mucho más densa que impide a la ciencia de hoy día enviar una sonda para explorarlo. Tiene dos lunas, Fobos y Deimos, una gravedad menos de media vez la de la tierra y es, por norma, extremadamente frío, unos -60 grados de media, aunque en su ecuador puede llegar a los 20 grados positivos en su estación estival. Su elemento más cautivador, amén de sus casquetes polares de abundante hielo, es el Olympus Mons, un antiguo volcán de 27 kilómetros de alto y 600 km de base. Imaginad un volcán de Madrid a Barcelona y que fuera tres veces la altura del Everest y tendréis el Olympus Mons.


Giovanni Schiaparelli elaboró un primer mapa entre 1877 y 1888, debido en parte a los avances científicos, y en parte a su proximidad a la Tierra en aquella época. No fue hasta 1962 que, dentro de la carrera espacial, rusos y norteamericanos se enfrascaran en una lucha científica por obtener los mayores y mejores datos de Marte. Mientras las sucesivas Mars soviéticas (hasta siete) tuvieron como único éxito la toma de algunas fotos de la Mars 4, las Mariner estaodounidenses obtuvieron muchas más fotos que las rusas además de recoger información acerca de la temperatura y la presión atmosférica tanto en el polo sur como en el ecuador. En 1971 la Mariner 9 obtenía miles de fotografías que hacían al fin obsoleto el mapa de Schiaparelli.

Luego llegaron las exitosas Viking en 1976, que supusieron el techo en el conocimiento marciano hasta 1997, cuando la misión Mars Pathfinder fue capaz de desplegar el Sojourner, un gracioso vehículo de seis ruedas, por el suelo de Marte, con gran éxito en el estudio de rocas. Sin embargo, no todo serían parabienes para la NASA, y las misiones de Mars Climate Orbiter y Mars Polar Lander fueron rotundos fracasos, sobre todo la primera, cuyo fallo estuvo en un vergonzoso uso de distintos tipos de medidas, anglosajonas y métricas, que utilizaron los dos equipos de trabajo. No corrieron mejor suerte la Nozomi japonesa o la Beagle 2 de la Agencia Espacial Europea.

Sin embargo, parece que se remonta el vuelo en el conocimiento del planeta rojo con la Mars Reconnaissance Orbiter, lanzada en 2005 y con la actual Phoenix, que extienden sus artilugios para conocer mejor el origen del hielo marciano y su más que probable relación con la existencia de algunos organismos vivos hace millones de años.

Una de las claves en esta investigación es el meteorito ALH84001, que cayó en la Antártida hace unos 13000 años y que tiene una antigüedad de 4500 millones de años. Esta roca, de origen marciano, contiene lo que parecen ser microfósiles del absurdo tamaño de una centésima parte del grosor de un cabello humano.

Aunque todo esto nos suene a cuento de ciencia ficción, sobre todo a nosotros, gente más preparada en humanidades, os animo al menos a leer las noticias que aparezcan en los periódicos estos días, ya que se trata de avances científicos y de conocimiento de inconmensurable valor y que se sustentan en miles de años de conocimientos del Cosmos de algunas de las civilizaciones que tanto y con tanto placer hemos estudiado. No olvidemos que no hay ciencias y letras sino sólo conocimiento.

3 comentarios:

AliciA dijo...

wow...

pep dijo...

Muy buen resumen sobre marte.

Hay que decir que actualmente tanto la NASA como la ESA tienen sondas en el planeta rojo, todo el conocimiento que se pueda obtener en superficie es de un valor INMENSO. Así como la Cassini representó una revolución de nuestro conocimiento de los gigantes gaseosos, las sondas y los rovers representan conocer a nuestro vecino de sistema de una manera mucho más profunda. Y eso es revolucionario.

velarde dijo...

Bien Fer, un artículo que huele a introducción para que nos hables de Galileo y su relación con la astronomia en Pisa...