Uno de los aspectos a los que Augusto dio más importancia durante su largo mandato fue la propaganda militar. A muchos nos ha llamado la atención la parafernalia que montó Hitler alrededor de su persona y su partido: los famosos desfiles, sus estandartes, sus enormes águilas... hasta la distintiva Cruz Gamada.
Todo esto no fue invención de Hitler, evidentemente: el moreno austríaco no hizo otra cosa que "heredar" la parafernalia romana impulsada, entre otros muchos, por Augusto: todo el arte oficial que se hizo durante su mandato estuvo enfocado a ensalzar sus triunfos y transmitir al exterior una imagen de Imperio sólido y unificado. Desde el Foro Augusto, con el templo de Mars Ultor (Marte Vengador), levantando en honor de su padre adoptivo Cayo Julio César, hasta el Ara Pacis, pasando por la que, sin duda, es una de las esculturas más relevantes dentro de la Historia del Arte: El Augusto de Prima Porta.
Augusto ordenó para sí una escultura de bronce, no conservada hoy, pero igual a la escultura de mármol guardada en los Museos Capitolinos de Roma. En esta escultura se dejaron ver varios rasgos de modernidad entre los que destacaba, sobre todo, la decisión de dejar atrás la estética retratística tardorrepublicana, caracterizada por hacer bustos de los nobles patricios a partir de máscaras mortuorias de cera, dotando a las esculturas de un siniestro realismo (pincha aquí para hacerte una idea); en su lugar, se dio paso a una nueva estética retratística "neoática": si bien no se llegaron a hacer rostros ideales como en Atenas, sí que se tomó, por ejemplo, la tendencia a hacer los ojos grandes, al estilo fidíaco.
Atenas. Esa es la primera "influencia" que recibe el nuevo estilo imperial augusteo, tan preocupado por enlazar su Imperio con las antiguas tradiciones (no en vano, conminó a Virgilio a escribir la Eneida para enlazar su linaje y el origen de Roma con los antiguos guerreros troyanos).
No es Atenas, decía, la única influencia recibida. Ni mucho menos: la postura, por ejemplo, es herencia directa de la iconografía etrusco-itálica del "orador" de Florencia; la actitud y anatomía se corresponden con el canónico Doríforo, de Policleto. Por fin, los paños, lineales, nos devuelven a la tradición helenística .
Para terminar, no hay que olvidarse de la coraza, que está decorada con una ilustración histórico-simbólica, cuyo plan iconográfico podéis leer aquí.
En definitiva: es por todo esto por lo que hay que tener en cuenta la importancia que tuvo esta escultura, representación absoluta de la iconografía augustea, que posteriormente será interpretada a su manera por cada uno de los emperadores sucesores.
Todo esto no fue invención de Hitler, evidentemente: el moreno austríaco no hizo otra cosa que "heredar" la parafernalia romana impulsada, entre otros muchos, por Augusto: todo el arte oficial que se hizo durante su mandato estuvo enfocado a ensalzar sus triunfos y transmitir al exterior una imagen de Imperio sólido y unificado. Desde el Foro Augusto, con el templo de Mars Ultor (Marte Vengador), levantando en honor de su padre adoptivo Cayo Julio César, hasta el Ara Pacis, pasando por la que, sin duda, es una de las esculturas más relevantes dentro de la Historia del Arte: El Augusto de Prima Porta.
Augusto ordenó para sí una escultura de bronce, no conservada hoy, pero igual a la escultura de mármol guardada en los Museos Capitolinos de Roma. En esta escultura se dejaron ver varios rasgos de modernidad entre los que destacaba, sobre todo, la decisión de dejar atrás la estética retratística tardorrepublicana, caracterizada por hacer bustos de los nobles patricios a partir de máscaras mortuorias de cera, dotando a las esculturas de un siniestro realismo (pincha aquí para hacerte una idea); en su lugar, se dio paso a una nueva estética retratística "neoática": si bien no se llegaron a hacer rostros ideales como en Atenas, sí que se tomó, por ejemplo, la tendencia a hacer los ojos grandes, al estilo fidíaco.
Atenas. Esa es la primera "influencia" que recibe el nuevo estilo imperial augusteo, tan preocupado por enlazar su Imperio con las antiguas tradiciones (no en vano, conminó a Virgilio a escribir la Eneida para enlazar su linaje y el origen de Roma con los antiguos guerreros troyanos).
No es Atenas, decía, la única influencia recibida. Ni mucho menos: la postura, por ejemplo, es herencia directa de la iconografía etrusco-itálica del "orador" de Florencia; la actitud y anatomía se corresponden con el canónico Doríforo, de Policleto. Por fin, los paños, lineales, nos devuelven a la tradición helenística .
Para terminar, no hay que olvidarse de la coraza, que está decorada con una ilustración histórico-simbólica, cuyo plan iconográfico podéis leer aquí.
En definitiva: es por todo esto por lo que hay que tener en cuenta la importancia que tuvo esta escultura, representación absoluta de la iconografía augustea, que posteriormente será interpretada a su manera por cada uno de los emperadores sucesores.
1 comentario:
Sería interesanto localizar todas las copias del Augusto de Prima Porta existentes. En mi ciudad, Gijón , hay una en la playa de San Lorenzo , junto a las termas romanas, como no podía ser de otra manera.
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